Isabel Pantoja y Cantora están unidas hasta el punto de que la finca se ha convertido en el lugar donde la cantante se ha mantenido refugiada y lejos del foco mediático sobretodo en los peores momentos de la tonadillera.
La tonadillera defiende la finca heredada por Paquirri con uñas y dientes y no se le pasa por la cabeza la posibilidad de que un embargo pueda arrebatarle el que ha sido su hogar durante más de treinta años.
Para ello está dispuesta a lo más grande para conseguir reunir el dinero suficiente para pagar la deuda de cerca de cuatro millones de euros que pesan sobre Cantora. La posibilidad de participar como jurado en un talento show y una serie que narra su vida son algunos de los posibles proyectos que Isabel tendría entre manos para conseguir algo de liquidez.
Su hijo Kiko Rivera, que posee la mitad de la propiedad, también hace lo que puede para ayudar a pagar la deuda y la participación en 'GH DÚO' junto a su mujer Irene Rosales es una manera de poder conseguir parte del dinero.
Por mucho que Cantora esté a punto de engullir a Isabel entre deudas y de ser expulsada de la finca de la misma forma que los que han pasado por ahí, como si la propia casa tuviera el deseo de que así fuera acabando con ello con todos los sufrimientos que entre sus paredes permanecen, la tonadillera no está dispuesta a perderla sin luchar.
Muchos de los que han estado en Cantora la describen como una finca donde se respira un aroma de dolor y tristeza, donde el recuerdo del torero fallecido está presente en cada rincón de la casa, y del cual Isabel Pantoja se retroalimenta día a día.
Allí vivió los mejores momentos junto a Paquirri que la compró con el deseo de convertirla en el lugar donde crear su familia junto a Isabel Pantoja. Pero parece ser que las tierras donde está construida estén bajo el influjo de la mala suerte.
De ser el lugar soñado para una pareja enamorada, se convirtió de la noche en la mañana en la peor pesadilla. Tras la muerte de Paquirri, Isabel quedó desolada y se encerró en Cantora como único refugio, donde el rastro del torero todavía seguía presente.
Parece ser que todos los que salen—o son expulsados por la tonadillera— de la finca salen con una especie de veneno y como si hubieran escapado de un encierro al que se han visto obligados a permanecer, pues así describen algunos trabajadores su estancia en Cantora.
En la famosa intervención de la Isabel Pantoja en 'Sálvame', la propia tonadillera afirmó que Cantora «no era el castillo de Drácula, sino que era su casa». El tono en el que remarcó la frase 'su casa', demostraba que ella estaría dispuesta a cualquier cosa antes que perderla.